11 octubre, 2025

UADY exhorta a visibilizar las conductas repetitivas centrales en el cuerpo.

conferencia Conductas repetitivas_96
Compartir

 En el marco de la agenda estratégica de octubre de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), dedicada a la Salud Mental, se ofreció la conferencia virtual “Una breve guía de las Conductas Repetitivas Centradas en el Cuerpo (CRCC)”, a cargo de la psicóloga Ileana Ferrer, asesora científica del proyecto CRCC, con el propósito de generar espacios para la difusión y promoción del bienestar emocional dentro de la comunidad universitaria y en la sociedad en general.

Durante su ponencia, la especialista destacó la importancia de visibilizar este tipo de conductas y de fomentar la preparación de profesionales de la salud mental y subrayó que estas acciones se realizan en el marco de una semana internacional de concientización, en la que se busca reducir el estigma y aumentar el conocimiento sobre las CRCC.

“Buscamos que estas conductas sean reconocidas no como un problema, sino como parte de una condición que puede ser atendida con acompañamiento profesional y comprensión”, expresó.

Explicó que las conductas repetitivas centradas en el cuerpo abarcan comportamientos como morderse las uñas, arrancarse el cabello, tocarse o pellizcarse la piel, los cuales pueden manifestarse en momentos de tensión, ansiedad o aburrimiento. “Aunque en ocasiones se consideran simples hábitos, en realidad se trata de manifestaciones psicológicas complejas que requieren atención especializada”.

Asimismo, señaló que estas conductas, clasificadas en el DSM-5, dentro de los trastornos obsesivos compulsivos y relacionados, pueden confundirse con el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), aunque se diferencian porque no están necesariamente motivadas por pensamientos obsesivos, sino por impulsos o emociones intensas.

“Son comportamientos que se repiten con frecuencia, que pueden causar daño físico o malestar emocional, pero sin la intención de autolesionarse”, detalló.

La psicóloga añadió que las tres principales manifestaciones son tricotilomanía (arrancarse repetidamente el cabello), escoriación (lesiones en la piel) y onicofagia (comerse las uñas y la piel alrededor de los dedos), pueden afectar tanto la salud física como la emocional, provocando desde infecciones y lesiones cutáneas hasta sentimientos de culpa, vergüenza o aislamiento social.

En ese sentido, insistió en la relevancia de promover una cultura de empatía y acompañamiento, tanto en entornos familiares como escolares.

Como parte de las recomendaciones, la especialista sugirió evitar los juicios o castigos, ofrecer alternativas sensoriales como pelotas antiestrés o plastilina, así como mantener rutinas saludables que favorezcan el descanso y la relajación. En el ámbito educativo, propuso que docentes y orientadores adopten una postura empática y observen de manera discreta, evitando llamar la atención públicamente. “Los profesores pueden convertirse en agentes de cambio al ofrecer apoyo, espacios breves de relajación o estrategias que ayuden a la autorregulación de los estudiantes”, indicó.

Finalmente, recordó que, ante casos en los que existan lesiones graves, ansiedad intensa o dificultades en el control de la conducta, es fundamental derivar con especialistas en psicología clínica, psiquiatría, dermatología u odontología, según corresponda.