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El libro “Tradición cerámica en dos comunidades tzeltales: Lacandón y Villa las Rosas, Chiapas”, de Elizabeth Puch Ku, constituye una gran aportación a la arqueología y el estudio de la cerámica, pero sobre todo abre la puerta para conocer más sobre quienes que se dedican al oficio de la alfarería, coincidieron especialistas.    

Durante la presentación, realizada en el Auditorio “Manuel Cepeda Peraza” del Centro Cultural Universitario de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), la antropóloga Ella Fany Quintal Avilés señaló que esta obra presenta un análisis de la tradición cerámica más allá de las piezas, pues se abordan los procesos de elaboración, transmisión del conocimiento y cómo influyen las mujeres alfareras en su comunidad.    

Precisó que la autora elabora esta investigación desde la etnoarqueología, lo que da como resultado conocer la elaboración de la cerámica desde la experiencia de cada una de las alfareras, quienes reproducen y practican la enseñanza que recibieron de sus abuelas, madres y tías, conocimientos que ellas también transmiten con sus plantos, tazas, ollas, sartenes y demás.    

Por su parte, la arqueóloga e investigadora Iliana Ancona Aragón precisó que “esta investigación nos hace pensar como arqueólogos en que debemos sí, pensar en el objeto, fotografiarlo y hasta dibujarlo, pero no olvidar la parte social, el quién enseña o transmite un conocimiento u oficio como este”.    

A veces, continuó, los arqueólogos se olvidan de que desde las creencias, cultura y tradiciones se van generando los modos y procesos para la creación de productos, pues en esto influye la diversidad de herramientas que tiene, la forma en que recolectan su materia prima, el modo y tiempo de cocción de un plato, entre otros, por lo que calificó de relevante esta obra.    

En tanto, el maestro Antonio Flores Ramayo, quien acompañó la edición de la obra, precisó que las 191 imágenes que la integran reflejan, en conjunto con su descripción, el proceso artesanal de elaboración de cerámica por las alfareras de ambas comunidades.    

Finalmente, la autora puntualizó que la mejor forma que tiene para agradecer a las alfareras y sus familias el permitirle ser parte de sus días y conocer más de ellas es regresando a ambas comunidades, pues la pandemia por covid-19 no le permitió hacerlo antes.   

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