La muerte del príncipe Felipe deja un ‘enorme vacío’ para la reina Isabel II: príncipe Andrés
El príncipe Andrés, tercero de los cuatro hijos de la reina Isabel II y el príncipe Felipe, manifestó que la muerte de su padre deja un “enorme vacío” para su madre.
“La forma en que ella lo ha descrito es que ha dejado un enorme vacío en su vida. Pero nosotros, la familia más cercana, estamos con ella para asegurarnos que tiene nuestro apoyo”, afirmó el duque de York a los medios tras asistir a una misa en la Capilla Real de Todos los Santos, cerca del castillo de Windsor.
“Como cabía esperar, la reina es una persona increíblemente estoica”, describió Andrés, quien afirmó que la muerte del duque a los 99 años, representa “prácticamente la desaparición del abuelo de la nación“.
Los tributos públicos que ha recibido el duque de Edimburgo en los últimos días “son absolutamente increíbles. Los mensajes que estoy recibiendo son extraordinarios y quiero expresar lo agradecido que estoy yo, y todos nosotros. Fue un hombre extraordinario”, declaró el duque de York.
Andrés, de 61 años, subrayó asimismo que el conjunto de la sociedad británica atraviesa una “gran sensación de pérdida” colectiva ante las decenas de miles de muertes que ha provocado el coronavirus.
“Estamos todos en el mismo barco”, dijo el príncipe Andrés, quien lamentó que “mucha gente ha perdido a sus seres queridos durante la pandemia”, si bien recalcó que el príncipe Felipe no murió por COVID-19.
El príncipe Eduardo, hijo menor de la soberana británica, expresó por su parte que la muerte de su padre ha sido “una conmoción”.
“Por mucho que uno trate de prepararse para algo como esto, es una conmoción terrible. Estoy todavía tratando de asumirlo”, dijo el conde de Wessex, de 57 años, que asistió también a la misa en Windsor.
“Pero debo decir que los extraordinarios homenajes y recuerdos que todo el mundo ha compartido han sido fantásticos. Eso demuestra que él fue nuestro padre, nuestro abuelo o nuestro suegro, pero también fue una persona muy significativa para mucha otra gente”, agregó.
En otra ceremonia religiosa dedicada al duque de Edimburgo, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, afirmó que “para la familia real, como para cualquier otra, no hay palabras que puedan alcanzar la profundidad de la pena que conlleva su duelo”.
“Todos sabemos que no depende simplemente de un factor de edad o de familiaridad. No queda borrada por la realidad de una muy larga y notable vida, ni tampoco la previsibilidad de la llegada de la muerte puede amortiguar el golpe. Una pérdida es una pérdida”, dijo el arzobispo.