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Iniciará su presentación con Postludio, un homenaje póstumo a su
compositor Joaquín Gutiérrez Heras

Con la interpretación de Postludio como
un homenaje musical a su ilustre compositor, Joaquín Gutiérrez Heras, y dos joyas
de la música, la Serenata para alientos, violonchelo y contrabajo de Dvorák y la
Serenata para cuerdas de Tchaikovsky, la Orquesta Sinfónica de Yucatán
proseguirá este fin de semana su atractiva Temporada de Conciertos 2023.
Bajo la batuta de su director artístico, José Areán, la máxima agrupación musical
del estado continuará consintiendo a su público con la presentación de lo mejor de
su repertorio este viernes 26 de mayo a las 20:00 horas y el domingo 28 de mayo
a las 12:00 horas en el Palacio de la Música.
La inclusión de este programa de gran renombre musical forma parte de la nueva
etapa de gestión artística que impulsa el gobierno de Mauricio Vila Dosal y
expresa el interés del maestro José Areán por difundir el repertorio de autores
nacionales y clásicos de importancia en la historia de la música.
De Joaquín Gutiérrez Heras (1927-2012), la OSY iniciará su presentación con la
interpretación de Postludio, obra que ha sido retomada también por diversas
orquestas del país para honrar, con plena justicia, la memoria del destacado
compositor que, además, fue buen maestro y excepcional ser humano.
Se trata de la obra del catálogo de Gutiérrez Heras interpretada con mayor
frecuencia, tanto por orquestas de cuerdas como por las secciones de cuerdas de
agrupaciones sinfónicas. De hecho, en la partitura destacan pasajes solistas
escritos para violín y violonchelo, con claras referencias a la polifonía renacentista
de la que el autor era un gran conocedor.
¿Por qué esta obra de Joaquín Gutiérrez Heras se llama Postludio, si no fue
escrita para ser tocada al final de una obra mayor, a manera de epílogo? El

compositor contestó:” porque es una obra que, existiendo en el tiempo actual, se
refiere a ideas y estilos de otro tiempo”.


Es la primera obra de Gutiérrez Heras escrita entre 1986 y 1987 para cuerdas
solas, estrenada el 27 de marzo de 1987 en el marco del Tercer Festival del
Centro Histórico de la Ciudad de México con la Orquesta de Cámara de Bellas
Artes dirigida por Armando Zayas.
En 1995, unas semanas después de la trágica muerte de Eduardo Mata (1942-
1995), la Filarmónica de la UNAM interpretó el Postludio de Gutiérrez Heras como
homenaje al gran director de orquesta mexicano, con quien el compositor mantuvo
una larga y entrañable relación profesional y personal, por lo que se trata de una
partitura In memoriam, de un importante músico mexicano a otro.
La siguiente obra que ofrecerá José Areán para deleite del público es la Serenata
para alientos, violonchelo y contrabajo del compositor checo Antonín Dvořák
(1841-1904), misma que evoca la atmósfera de los castillos del siglo XVIII, de la
época en que predominaba el estilo rococó, el gusto por los colores luminosos,
suaves y claros entre la aristocracia y la plebe.
Dvořák dejó su clara impronta en la partitura, que incluye elementos del folclor
musical eslavo, del que era un ferviente promotor. Está instrumentada para pares
de oboes, clarinetes y fagotes, contrafagot, tres cornos, violonchelo y contrabajo.
Fue dirigida por el propio autor en su estreno en Praga en noviembre de 1878.
El momento culminante de la Serenata es el Larghetto, un nocturno de contornos
apasionados que nos remite a la contemplación de la luz de la luna, reflejándose
en un lago, en medio de la quietud de la noche.
Para cerrar con broche de oro, la OSY interpretará una de las joyas musicales
más apreciadas por los seguidores de la música del compositor ruso Piotr Ilich
Tchaikovsky (1840-1893), la Serenata para Cuerdas, escrita en cuatro
movimientos, de los que destacan el primero con reminiscencia mozartianas y el
segundo, un vals, que se convirtió en una pieza popular en su propio derecho.
La Serenata se estrenó en un concierto privado en el Conservatorio de Moscú el
03 de diciembre de 1880. Su primera interpretación en público fue en San
Petersburgo el 30 de octubre de 1881 con la dirección de Eduard Napravnik,
misma que tuvo que ser repetida por la gran respuesta del público.
Antón Rubinstein, maestro de Piotr Ilich, la dirigió también, considerándola la
mejor obra de Tchaikovsky.
«La Obertura (de 1812) será muy ruidosa, pero la escribí sin ningún sentimiento
cálido de amor y, por lo tanto, probablemente no tendrá ningún mérito artístico.
Pero la Serenata, por el contrario, la escribí por compulsión interna. Esta es una

obra de corazón, de cualidades artísticas», escribió Tchaikovsky en torno de esta
su magna composición.


Los boletos (300 pesos) están disponibles en la taquilla de la OSY ubicada en el
lobby del Palacio de la Música o también puede adquirirlos en línea en la página
web www.sinfonicadeyucatan.com.mx

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