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Es experimentado maestro de las actividades subacuáticas, Mauricio Alejandro Lemus Nava, quien cuenta en la actualidad con tres records mundiales y 6 records continentales, y se dice adicto a sumergirse en aguas profundas cercanas a los 100 metros, desea seguir creciendo dentro del fascinante deporte que es la Apnea.

Mauricio Alejandro nació en la Ciudad de México el 22 de septiembre de 1978 pero radica en Mérida Yucatán desde hace tiempo, comenzó con el buceo con tanque en 1997 y en la apnea en el 2003, su primera competencia fue en 2003 en México, pero ha participado en más de 80 competencias;

entre sus logros más importantes son 3 récords mundiales avalados por la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas, hizo su primera marca con una inmersión de 83 metros con monoaleta, consiguió la segunda al descender 94 metros con bialeta; finalmente, obtuvo la tercera al bajar 82 metros en la modalidad sin aletas; Subcampeón en 2015 de la competencia Vertical Blue y Récord Continental 6 veces.

«Durante la pandemia seguí entrenando en los cenotes más profundos de Yucatán., y además y empecé a correr;  entre mis proyectos, estoy escribiendo un libro, quiero que la península de Yucatán y sus cenotes sean conocidos mundialmente para entonces promover su cuidado, ya que no podemos cuidar lo que no conocemos», comentó.

«No todo es tierra, nuestro planeta tierra es más agua que tierra. Bienvenidos, para todos los que inician en este mundo subacuático, y que decidieron conocer la otra parte del mundo. están a punto de sumergirse en una de las experiencias más hermosas de toda su vida y con mucho cuidado porque esto es adictivo», agregó recordando decenas de anécdotas que ha tenido a lo largo de su carrera.

«Seguido me pasa que en algunos sitios no está permitido bajar sin chaleco salvavidas; y les pregunto, ok y si me lo pongo, me dicen, si te lo pones puedes hacer lo que quieras y bueno, finalmente es un buen entrenamiento aletear hacia las profundidades con semejante boya,  varias veces me pasó en los submarinos turísticos que bajaban a ver el arrecife y yo terminaba siendo la atracción, o se me acercaban los animales curiosos, tiburones, mantas, ballenas, normalmente te recomiendan que no te acerques, pero muchas veces son ellos los curiosos que vienen, se acercan y vienen a jugar contigo.

Una vez pasé más de dos horas jugando con la misma Manta en Revillagigedo, no se iba, me seguía a la superficie y cuando bajaba se me pegaba tanto que parecía que me estaba enamorando, y creo que lo logró» finalizó Lemus . (fjng/tribuna).

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