X Aniversario luctuoso del músico y gestor cultural Luis Luna Guarneros.

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En el homenaje, realizado en el Palacio de la Música-Centro Nacional de la Música Mexicana, los músicos de la Banda Sinfónica de Yucatán, que el dirigió y que lleva su nombre, interpretaron los ritmos predilectos del músico yucateco.

En el escenario del Palacio de la Música-Centro Nacional de la Música Mexicana se realizó un homenaje al músico y director de orquesta yucateco Luis Luna Guarneros, al conmemorarse el X Aniversario de su fallecimiento, en reconocimiento de sus aportaciones a la música y como promotor cultural en Yucatán, Estado que encabeza el Gobernador Joaquín Díaz Mena.

Durante el homenaje, los músicos de la Banda Sinfónica de Yucatán, que el dirigió y que lleva su nombre, interpretaron los ritmos predilectos del homenajeado: mambo, pasodoble, música académica y rock, además de algunas de las piezas que Luna Guarneros solía dirigir cuando encabezó esa misma agrupación, como A Jubilant Overture y el poema sinfónico El Arca de Noé, de Bert Appermont, interpretaciones que corresponden a la enseñanza académica. 

Los integrantes de la Banda, a cargo de Todor Ivanov, retomaron algunas de las piezas que disfrutaron los admiradores de quien en vida también levantó la batuta de la Orquesta Sinfónica de Yucatán. Entre los seguidores del músico se encontraron Rosa María Guarneros Cabrera y Dinorah Adrián Luna Guarneros, madre y hermana del homenajeado, quienes escucharon otras composiciones que son mezclas entre lo académico y lo popular como El camino real, de Alfred Reed y El gato montés, de Manuel Penella, acompañada de la tradicional interjección ¡olé! en voz del público.

Después de las piezas descritas siguió uno de los más aclamados por los asistentes: El rey del mambo, de Dámaso Pérez Prado e instrumentación de Bonifacio López Morales, que invitó a bailar y a contagiarse de buen humor.

 Posteriormente llegó el rock con clásicos de Queen, como Bohemian rhapsody, Another one bites the dust y We are the champions. La Banda Sinfónica interpretó también “Santana a portrait”, con adecuaciones musicales de Giancarlo Gazzani. El encore, con el clásico clamor de «¡otra, otra!» fue respondido con “El gato montés”, que se convirtió en la favorita de todos.

 Todor Ivanov agradeció a la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta) de Yucatán, cuya titular es Patricia Martín Briceño, por respaldar el proyecto que consolidó a la misma Banda Sinfónica impulsada por Luna Guarneros y manifestó que, «Hemos escogido un repertorio que los músicos de aquel entonces, y que siguen al día de hoy, tocaron con el maestro. La música que él transmitió durante toda su trayectoria en Yucatán», expresó.

 La madre del homenajeado, Rosa María Guarneros Cabrera recordó ante el público lo que “una señora una vez me dijo: ‘a su hijo ya nadie se lo va a devolver’. Y yo le dije, es que no se ha ido… y la prueba es que estos magníficos conciertos hacen patente que su paso por la tierra no ha sido inútil y que ha dejado huella, y esto es un orgullo para nuestra familia, para los abuelos que ya están en el cielo, para nuestros jóvenes y para nuestros niños que apenas van creciendo”.

“Es un gran legado, y que se acuerden de sus enseñanzas, de todo lo que él promovió. Más que un pensamiento diferente en pro de cambiar las estructuras del mundo, algo que él decía que incida en la mente de los muchachos y en la mente de la sociedad. Yo estoy muy feliz, estoy muy orgullosa y todo esto se lo voy a comunicar a mi familia en México y les agradezco esta oportunidad de expresar lo que mi corazón siente», expresó.

 Luis Fernando Luna Guarneros estudió dirección en los Conservatorios Nacional de Música, G. Verdi de Milán, Italia, y de Viena, Austria, así como en el Instituto Cardenal Miranda; fue cantante y académico en México, Europa y Asia. Su vocación quedó plasmada en las orquestas sinfónicas de Jalapa, Nacional y del Estado de México, “Gustavo Río Escalante” y en las filarmónicas de Querétaro, de Jalisco, y en la Arthur Rubinstein de Lodz, Polonia.

Así su talento y experiencia llegaron a los coros de Madrigalistas del Instituto Nacional de Bellas Artes, Pro Ópera y al de la Universidad Veracruzana, incluso a los ensambles Ónix y Percusionistas de México.