Compartir

Después de tanta espera para la reapertura de la Monumental de Mérida, la primera función del 2022 que fue la de rejoneadores que con tanto bombo y platillo se había anunciado, resultó una tarde gris con actuaciones muy pobres para el olvido de parte de los protagonistas, que no agradaron al respetable con sus actuaciones.

Al comenzar el evento se entregó un reconocimiento al maestro ya retirado Rodrigo Santos por sus 30 años de larga trayectoria en la fiesta Brava yucateca como rejoneador, atestiguando los 3,500 aficionados que fue el máximo aforo que ya se tenía programado para cumplir con las medidas sanitarias.

El primero de la tarde fue para el colombiano Andrés Rozo, de nombre Tintorro de la ganadería Zacatepec, un negrito de cornamenta ligeramente corta, muy saltarín al que Rozo comenzó titubeante colocando el primer rejón de castigo hasta la segunda oportunidad y no pudo colocar el segundo por lo  que asi continuó, con las banderillas una por una colocándolas adecuadamente a secas, quiso hacer la suerte del violín dos veces que no le resultaron, trato de agradar al respetable con una suerte parando de manos al caballo, resultando la quinta banderilla fallida y colocando otra un tanto atrasada, en el costillar, con las banderillas cortas una a una dejo la primera pegado a tablas en buen lugar, la segunda fue bastante retrasada, se fue el falso en la tercera y finalmente la coloco bien, en la suerte suprema de matar, pincho en el primer intento, y tuvieron que descabellar al colocar la espada retrasada y de lado, no en el mejor de los lugares para llevarse el silencio en la tribuna.

El segundo burel de la tarde le tocó a Luis Pimentel, de nombre «Terremoto» de San Marcos que pesó 500 kilos, color café apiñonado y muy correlón; al que comenzó colocando bien los rejones de castigo, pero vino de más a menos dado que estuvo un tanto errático con las banderillas y no se diga con las cortas con las no coloco de la mejor manera pero con aspavientos queriendo impresionar a las gradas teniendo como respuesta muy pocas palmas  y música de viento, mató al bicho rápidamente con estocada ligeramente tendida provocando hemorragia al perforar el pulmón, dio vuelta al ruedo para muchos inmerecida.

El tercero le tocó a Fauro Aloi, de nombre «Jubilao» de 470 kilos, negrito bragado  de buena presencia de Zacatepec, al que comenzó colocando un poco en lo alto los de castigo, con las banderillas cumplió a medias con titubeos y falsos intentos para matar con estocada muy de lado, vuelta al rueda y algunas palmas. El cuarto le volvió a tocar a Rozo  de nombre «Terremoto» asi como el septimo «Ciclón» que fué de regalo pero tampoco les hizo nada destacable, mismo modo los bureles de de Pimentel y sexto para Aloi fueron dignos de mención y los forcados resultaron arrastrados y revolcados en 5 intentos de pega, solo la primera bien ejecutada, asi como las entretenidas intervenciones de los subalternos, en este caso el «Papo», torero yucateco quien se llevó las palmas y levanto risas por su entrega y valentía en sus cortas intervenciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *