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Revelan experiencias en el Cereso durante pandemia  

La pandemia del covid-19 obligó a que se adoptaran medidas para garantizar la salud de las personas privadas de su libertad, buscando preservar los derechos que les corresponden, señaló el director del área de Psicología del Centro de Reinserción Social de Yucatán (Cereso), Juan Chi Iuitz.   

En el marco de las actividades de la Semana de la Justicia Social, organizada por la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), el especialista impartió la conferencia: “El confinamiento dentro del confinamiento: experiencias del Centro de Reinserción Social del Estado de Yucatán en pandemia”. 

“La pandemia vino a cambiar la situación que viven las personas dentro de los centros penitenciarios, la Ley establece que las personas privadas de su libertad, deben gozar de algunos derechos, sin embargo, las acciones y actividades que nos permiten cumplir esto, tuvieron que ser modificadas”, señaló.   

Chi Iuitz indicó que entre los principales retos que tuvieron que enfrentar estuvo el cierre de las visitas familiares, pues esto desató cierta incertidumbre tanto en los reclusos como en sus familias, pues no sabían por cuanto tiempo se dejarían de ver.  

A lo anterior, se sumó el temor de contagiarse de covid-19 y, con ello, extremar el cuidado de la salud mental de los internos.   

Y es que, dijo, todas las actividades como eventos deportivos, talleres y programas de capacitación fueron suspendidos, por lo que estas personas tuvieron que pasar gran parte del día en sus celdas con el fin de proteger su salud.  

“Hubo constante acompañamiento psicológico porque se incrementaron las cuestiones de intervención en crisis, pero el hecho de que la persona privada de su libertad pudiera acudir a terapia en cualquier momento, ayudó a sobrellevar el confinamiento”, sostuvo. 

Refirió que al inicio de la pandemia, debido a las restricciones, se atendían de uno a cuatro pacientes por mes, sin embargo, esas cifras se incrementaron conforme se fueron retomando las actividades y pasaron hasta a 300 consultas de salud mental por mes, con las pocas herramientas con las que se cuenta dentro del Cereso.   

El especialista refirió que, si bien el regresar los torneos deportivos y talleres es importante, el cuidar y retomar las consultas de salud mental para las personas privadas de su libertad es lo primordial, pues lo primero que se afecta es el bienestar emocional.   

Actualmente, aseguró, poco a poco han vuelto estas consultas con el fin de evitar casos de depresión y suicidio en las personas recluidas, ya que todavía persisten algunas restricciones con el fin de evitar nuevos casos de covid-19. 

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