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Bolivia ordenó el cierre de su frontera con Brasil desde el viernes y por siete días para evitar una posible propagación de la variante brasileña de Covid, mientras las autoridades anunciaron un retraso de al menos un mes de la vacunación masiva de su población ante la demora en la llegada de dosis prometidas.

El presidente Luis Arce aprobó un decreto en el que se establece que los cruces fronterizos con Brasil sólo se abrirán tres horas al día para permitir las actividades comerciales. También dispuso la vacunación prioritaria en las regiones fronterizas, pese a la escasez de vacunas.

Los bolivianos comparten más 3.400 kilómetros de frontera con Brasil, la nación más golpeada por la pandemia en Latinoamérica.

Bolivia, un país con más de 11 millones de habitantes, acumula más de 272.000 contagios y 12.257 fallecidos por el virus, y actualmente enfrenta un retraso en el inicio de la vacunación masiva.

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