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Uno de los corredores que constantemente vemos en las carreras de fondo en Yucatán, a la edad de 72 años, lleva corridos 170 maratones, el último el de la Ciudad de Mérida y quiere llegar a los 172, su nombre es Artemio Navarro Alejandre; si consideramos que el perímetro de nuestro planeta es de 40,075 kilómetros de perímetro, ya le hubiera dado 174 vueltas a la Tierra.

Don Artemio nació en Platón Sánchez Veracruz, el 25 de enero de 1950 y radica desde hace varios años en Mérida en la colonia Bojórquez, donde amablemente nos recibió para compartir sus experiencias; sus inicios como corredor fueron de manera accidental, pues tuvo formación militar y por castigo lo mandaron a correr a una competencia del ejercito, llevándose el primer lugar es sus primeras dos competencias, la primera 5 mil y la segunda 10 mil metros, regionales dentro del ejército para después asistir a los nacionales.

«No tuve una niñez fácil, poco antes de cumplir los 11 años salí de mi hogar el dia 6 de noviembre de 1960, y fue toda una aventura, me enrolé en el ejercito porque me gustaba el uniforme verde, llegando al grado de subteniente de infantería; yo solo me entrenaba tal vez a lo loco, no fue suerte sino locura de entrenamiento, resultó muy eficaz al grado que gente del medio me recomendó seguir corriendo dado que mi marca no cualquiera la lograba», recordó y agrego: «Ni siquiera entrenaba en una pista, sino corría todos los días la distancia de 30 kilómetros campo traviesa, asi que para mí era un jugo, en los 10 kilómetros la primera vez tuve una marca de 30 minutos con 56 segundos, salí como burro sin mecate tratando de llegar primero y lo logré, corrí con honor, orgullo y vergüenza».

En México los dos mejores corredores a nivel mundial a los 40 años, fueron Martín Mondragón y Artemio Navarro, con tan solo 4 segundos de diferencia entre ambos, el Veracruzano tuvo 5 marcas mundiales; quiere completar los 172 maratones y lleva 170, quiere correr el de Tanga Manga y el de la Ciudad de México para completar su etapa de Maratonista, corriendo solo en distancias más cortas.

Cuando corrió en el Maratón de la ciudad de México por primera vez, tuvo una envidiable marca de 2 horas 22 minutos y 28 segundos llegando en tercer lugar general, a pesar de correr a mas de dos mil metros de altura sobre el nivel del mar, que lo hace más complicado; corrió también en ciudades como Boston, Minnesota, ganó el de Las Vegas, el Los Ángeles donde llegó cuarto lugar general, también compitió en España y Corea, como seleccionado Nacional, y lleva más de 3,000 carreras en su haber en distancias más cortas.

«Me di cuenta de la diferencia que es el correr a la altura del nivel del mar y en altura, allá se consumen los glóbulos rojos y allá se consumen».

Don Artemio va a cumplir seis años de radicar, comenta que llegó tocando puertas y la única es la puerta que se abrió gracias a dos Luis Baez, quien le brindó su hospitalidad, siempre le agradeceré.

los entrenamientos diariamente eran de 50 kilómetros o incluso hasta 70, jamás tuvo entrenador y a pesar de ello se dedicó a entrenar fuerte por ser seleccionado, según el encargado de la selección nacional del ejercito había que conocer las reglas, ahí no se permiten errores, es la dureza que ocupa para entrenar, disciplina, entrenan de lunes a viernes, sábados donde ellos elijan, se requiere de una adaptación.

A los 42 años ganó en el 1992 a la selección Olímpica Mexicana, donde estaba Dionisio Cerón, en Coatzacoalcos, Cerón era favorito.

La edad para entrenar es lo de menos, lo importante es que tengan disciplina, voluntad, puntualidad, obediencia alumnos salen y otros entran, antes de la pandemia llegamos a tener colocados 16 corredores en Pódium, el club estaba muy fuerte, la pandemia afectó mucho.

Los hijos de don Artemio ya son grandes e independientes, los ha sabido sacar adelante, me ayudan y siempre me han apoyado; «Cada vez que salgo de casa, le pido a Dios que regrese, no sabemos que pueda pasar, solo queremos llegar con bien porque alguien nos espera», el cuerpo responde, no es muy afecto a visitar médicos, hace sus próximos ejercicios de recuperación, lo iban a operar de una lesión de la columna, no caminaba, pero lo evitó gracias a sus propios métodos.

Ha logrado todas sus metas gracias a Dios, se necesita tener más ética, mas dedicación, el atleta elite debe entrenar por lo menos 4 horas diarias, los entrenadores de más de 50 ya casi no los toman en cuenta,  cuando el comenzó hace 43 años se decían muchísimas cosas, ahora a las nuevas generaciones, hay que aconsejar que se dediquen más a lo que van a ser en un futuro, a prepararse, está bien usar la tecnología pero el encierro también es una enfermedad.

Nos despedimos y amablemente nos dijo a manera de despedida, «Fue un placer haberlo recibido», damos las gracias a un señorón en toda su expresión digno de toda admiración y respeto, un fuera de serie y ejemplo para todos quienes se dedican a correr distancia. (fjng/Tribuna). 

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