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Cuando comenzó el confinamiento en numerosos países del mundo para prevenir el coronavirus, se tenía la creencia que ser más productivo de lo habitual ayudaría a procesar esta nueva etapa incierta que había empezado. Con el paso del tiempo, la realidad cambió.

La productividad se podría definir como la relación que hay entre las metas deseadas y el tiempo empleado para obtenerlas. Si esto no es canalizado de una buena manera puede convertirse en algo dañino, y eso algunos lo han llamado como la productividad tóxica.

Sin embargo, la psicóloga María Valentina Viafara en entrevista para El Diario, explicó que ese nuevo término “es un adjetivo que han utilizado para describir ciertas conductas que son nocivas o perjudiciales para la salud. Con este escenario particular (pandemia), se ha visto mucho que las personas están adquiriendo un manejo emocional que no es el más adecuado para sí mismos como para adaptarse a esta situación”.

La especialista aclara que hay que buscar mantenerse activos en este contexto y que la productividad no tiene que ser perjudicial, siempre y cuando no se vea intervenido en las características de la personalidad de la gente. Algunos pueden ser influenciados por el entorno social, mientras que habrá otros que lo tomen como una característica que los defina.

Eso ha hecho que el tema sobre la productividad haya tomado más auge, ocasionando que haya una mezcla entre el manejo de las emociones y la productividad. El mal uso de ambos puede desencadenar consecuencias que perjudiquen la salud”, señaló.

Por eso, es fundamental conocer nuestras emociones. El estrés y la ansiedad aumentan los niveles de cortisol en el cuerpo, ocasionando que se deprima el sistema inmunológico y “ocasiona que podamos ser propensos a enfermedades físicas como mentales”.

Cada ser humano es único, por eso las características de la personalidad varían. Por lo tanto, el concepto de la productividad varía, “puede estar atado al éxito o qué lo define como persona. Si yo como persona me defino en términos de mi productividad, yo voy a tomar todo lo que esté a mi alcance para poder ser productiva, porque estoy definiendo mis funciones para lograrlo”.

Viafara agregó que existen casos donde las personas han utilizado como vía de escape la actividad laboral o la productividad en sí, para evadir las emociones que están floreciendo en este momento.

“Lo que ha sucedido durante la cuarentena es que ha tocado bajarle el sonido a lo externo, para poder empezar escuchar nuestro interior. Esto ha abrumado a muchas personas, porque han notado sentimientos y emociones que no conocían, que, incluso aparezcan  frustraciones, temores, ansiedad, miedo, rabia por situaciones que venían arrastrando desde hace tiempo y esta contingencia ha hecho que explote todo lo que se había acumulado. Se está haciendo más visible porque hay más tiempo para verlas”, detalló.

Debido a la crisis humanitaria que existe en Venezuela, también hay otras personas que han elevado su jornada de trabajo por temor de perder sus empleos.

Cuando hablamos de la productividad particularmente en el ámbito laboral, muchas personas por miedo a quedarse sin trabajo han desdibujado los horarios, los límites y ha hecho que tomen decisiones o acciones que los afecte, generando un profundo agotamiento, irritabilidad, frustración e incluso una disminución del desempeño, lo único que los impulsa es el miedo a perder sus puestos”, explicó.

Lo que evitará que se difumine la rutina de una persona, es saber fijar límites. “Cada persona tiene la capacidad y la posibilidad de decidir qué cosas son tolerables y qué no, de allí vienen los límites, para fortalecerlos hay que trabajar internamente esa capacidad de poder discernir entre lo que me hace bien y mal, para poder elegir de una forma lo que nos ayuda”.

Con respecto con el teletrabajo, la especialista recomendó que dentro del hogar se debe definir un espacio que será destinado para el trabajo y explicarle al resto de la familia el horario y el lugar que tendrá esa actividad, para que ese tiempo pueda ser productivo.

De esa manera, también habrá espacio para compartir con el resto del núcleo familiar, para descansar y hacer otras actividades.

“Es importante dividir los espacios, porque no tenemos nada más a las personas que trabajan desde casa, está el padre o la madre que hace las actividades hogareñas, los niños o jóvenes que tienen clases online entre otros factores, si se hacen varias actividades de forma paralela va a generar mucho agotamiento”.

La psicóloga recalcó la importancia de tener una rutina, que incluya la alimentación, mantener los hábitos por más pequeños que sean, “ha pasado que muchas personas por estar sumergidas en el trabajo se les puede olvidar bañarse, de descuidarse por estar atendiendo a otra persona”, también darle espacio al descanso, la recreación y respetar las horas de sueño para evitar el agotamiento excesivo.

Considera que no se debe dejar a un lado las actividades que permitan que las personas se puedan conectar consigo mismos, “herramientas que nos permitan generar catarsis, que les permita drenar. Hay que mantener una rutina saludable que nos permita atender nuestras necesidades”.

Una habilidad social que nos permite expresar nuestras opiniones, sentimientos, actitudes, deseos y reclamar es la asertividad, porque es la capacidad de comunicarse sin afectar de una forma negativa a la otra persona.

La asertividad puede incomodar si no existen límites establecidos, “si no tengo mis propios límites definidos, será difícil poder establecerlo a los demás, por eso es importante preguntarse qué toleras y qué no, luego de allí se pueden establecer una comunicación asertiva, para poder expresar de una forma respetuosa cuáles son mis necesidades, qué cosas acepto y no acepto, para poder llevar a cabo ciertas negociaciones para poder responder mejor a las demandas sociales y a las internas”.

Viafara concluyó que todos los malestares que han surgido a lo largo de la pandemia provienen del interior de las personas. “Es algo interno que te está diciendo que algo no está bien, por eso, es el momento de atenderlas y en función de ese trabajo interno, poder satisfacer esas demandas luego poder encargarte del exterior, ya sea familia o entorno laboral”.

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