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La época dorada del boxeo sin duda fue cuando Yucatecos tenían algún título mundial, boxeadores como Miguel Canto, Juan Herrera, Guadalupe Maderas, «Guty» Espadas Padre e hijo entre otros, fueron parte muy importante y también ídolos de los conocedores del deporte de los golpes sobre el ring.

Gustavo Hernán Espadas Espinoza, nació en 2 de septiembre de 1974 en la Blanca Mérida, Yucatán y desde temprana edad comenzó a practicar en el futbol alrededor de los 4 años y como a los siete incursionó en el rey de los deportes; y no fue sino hasta los 14 que se puso los guantes por primera vez a consejos de su primo quien lo animó a practicar el box dado las cualidades y facilidad que le veía, por lo que comenzó a entrenar en el gimnasio San Francisco de Asís bajo la supervisión del finado manager Beto Rivero.

«Guty» rápidamente se colocó en el profesionalismo dado que como boxeador amateur  solo tuvo seis peleas y una de exhibición llegando en calidad de invicto; su primer trofeo lo ganó aquí en pelea de cuatro rounds como novato del año en su natal Mérida; Beto Rivero lo manejo durante dos años y encontró en Espadas potencial para debutar en el profesionalismo bajo las ordenes de su nuevo manejador Román Acosta, quien tenía mucha defensa y con quien debutó el 8 de octubre de 1992 en una arena pequeña en el barrio de San Juan contra Manuel «Gallito» Pérez en la categoría de los 54 kilos peso Gallo; Gustavo peleó además en varias divisiones como Peso ligero, Peso pluma, Peso superpluma, Peso wélter ligero a lo largo de su carrera.

Entre sus más importantes logros están el obtener el campeonato Continental de Las Américas derrotando en la Ciudad de México al «Chocolate» Márquez   y el mismo a Bonds en las Vegas; más tarde ganar en Tamaulipas campeonato del mundo Hispano  al «Pez» para conquistar el título mundial del Consejo en su ciudad natal el 14 de abril del 2000,

derrotando en once episodios a Luis Espinoza por la vía del nocaut técnico y a su vez ser el campeón hijo de otro campeón mundial que nueve hijos de campeón trataron de lograrlo anteriormente sin éxito, finalmente los Espadas lograron esta hazaña que se concretó con mucho orgullo y satisfacción, lo que los llevó al museo de la fama en los Estados Unidos; «es muy gratificante y es muy padre porque todo tu esfuerzo y dedicación valió la pena para poner en todo lo alto el nombre de Yucatán y de México dado que somos personas normales que nos forjamos un objetivo, paso a paso y llegamos a nuestra meta que fue ser campeones del mundo,  eso significa que cualquiera puede lograrlo», añadió.

«Hay que vivir el día a día, que se tracen metas cortas paso a paso y que vayan llegando a los objetivos, es muy fácil, hoy voy a correr dos kilómetros, mañana voy a correr esos dos y hacer un ejercicio, y los que se inician se tracen objetivos cortos para que vayan alcanzando sus metas es la recomendación sobre todo a los que se inician en este arte» finalizó. el ex campeón mundial a quien la afición siempre recordara con admiración, cariño y respeto.

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