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El novillero yucateco André Jussef Hernández Medina, se prepara en las ganaderías del Estado para ser un gran matador, la fiesta brava es lo que le gusta y apasiona, según nos comparte, solo piensa en la clave que disfrutar y soñar.

Jussef nació en el municipio de Mama en Yucatán el 23 de abril de 1996; desde pequeño vive en el campo con su familia y le ha gustado, el ambiente de la naturaleza, que es donde vive el toro bravo, el se inicia en la tauromaquia hasta los 17 años, que conoce a un amigo de nombre Saúl quien le invita a entrenar y es ahí donde comienza un sueño que pensaba que sería un juego, el arte del toreo.

Durante su trayectoria ha tenido festejos en varios lugares, en el interior del estado en casi todas las ferias, fuera del estado ha tenido la fortuna de estar en plazas como Tijuana, la de «Chucho» Arroyo en la Ciudad de México, Tlaxcala, Jalisco, Zacatecas y en la monumental Plaza de Toros México y por la gracia de Dios tuvo la oportunidad de llegar fuera del País a Colombia en 2 ocasiones.

La carrera de Torero o de novillero son diferentes, un novillero entrena y se prepara como tal, para ser matador y para ser subalterno es parte de la cuadrilla del matador, se es novillero o matador y subalterno o banderillero.

André ha tenido algunos incidentes, hasta ahora ninguno grave pero está consciente de que en cualquier momento me tocará a la puerta, he tenido fracturas, fisuras y golpes muy fuertes pero el más fuerte es seguir aguantando a esperar que se te abran las puertas, para recibir la alternativa.

«El mejor momento aunque parezca que no es cada que estoy en el campo disfrutando y soñando, porque aunque pareciera que mis mejores momentos son las tardes de triunfo, podría decir que son satisfactorios, pero son el estar disfrutando de todo el entorno y la naturaleza, tratando de ser un hombre libre; hay por delante la paciencia y la consistencia, esto no es de años ni de números, es de aguantar y aguantar pero que sepas que ese sueño llegará por todo el esfuerzo que le pongas» apuntó.

«Todos tenemos un sinfín de anécdotas, la que mejor recuerdo fue cuando corte una oreja en la plaza México, luego de saltarme de espontáneo y a los 15 días me plasmaron en el cartel, el día de la oreja, recuerdo que un oficial de policía que me estaba sacando de la camiseta de la plaza cuando me salté y terminó tomándose una foto conmigo y riéndonos, empecé en la escuela taurina Silverio Pérez de Mérida de la mano de los Lagravere, de ahí me forje con el matador Adrián Flores, me he formado en las ganaderías como San Salvador, la Ceiba, Quiriceo y San Martín de Porres, pero el mejor maestro siempre será el toro».

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