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Las estimaciones estadísticas indican que la población adulta mayor a 60 años llegará a representar el 30 por ciento del total en el año 2050, aseguraron expertos durante el conversatorio “La emergencia de los adultos mayores en México y sus implicaciones sociales”, organizado por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) 

En el marco de las celebraciones por el centenario de la UADY, la Universidad de los Mayores convocó a especialistas en el tema para que compartieran sus investigaciones y puntos de vista en torno a la situación actual de los adultos mayores en México. 

Durante su intervención, la profesora investigadora Gina Villagómez Valdés, del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” (CIR-UADY), destacó que ante el incremento de la población de adultos mayores, las necesidades de este grupo etario se han diversificado y aumentado, generando nuevas y mayores demandas de atención a su situación. 

Por ello, dijo, se requiere del diseño e implementación de programas de atención dirigidos a las crecientes necesidades tanto de los adultos mayores, como de los grupos familiares en los que generalmente se encuentran insertos. 

“Es necesario el diseño e implementación de estrategias de atención integral a la población adulta, de tal manera que ello permita a las futuras generaciones de adultos mayores poder enfrentar su proceso de envejecimiento con mayores niveles de calidad de vida, particularmente en mejores condiciones de salud y funcionalidad, de tal manera que gocen de un envejecimiento activo y pleno”, apuntó. 

Por su parte, la profesora de la UADY Damaris Estrella Castillo abordó el tema de la sexualidad en este sector poblacional, enfatizando que aún persisten actitudes que tienden a rechazar, ignorar o pensar que es tabú la existencia de la actividad sexual en la tercera edad. 

Comentó que uno de los prejuicios más frecuentes y dañinos para las personas de edad avanzada es la que dicta que no tienen una vida sexual activa y que no están interesados en comprometerse en alguna relación romántica. 

“Los cambios en la sexualidad del adulto mayor están muy vinculados a la influencia del entorno psicosocial, es decir, de la sociedad, la familia y la cultura”, mencionó. 

Otros elementos importantes son los factores externos, como el espacio de privacidad, que por lo general se empieza a deteriorar cuando los hijos son adolescentes; las condiciones de salud también influyen en una vida sexual activa, acotó. 

“Mantener el interés sexual depende de los modelos culturales, aún falta para que se considere a los adultos mayores como seres sexuados y se comprenda que la vida sexual no se acaba con la menopausia, que la última regla no significa que la mujer deja de ser mujer y que el hombre puede tener sexo, e incluso procrear, hasta una edad muy avanzada”, expuso. 

Por último, el profesor de la UADY Jorge Canto Herrera comentó que en las zonas rurales, y en algunas urbanas, los abuelos cumplen los roles de respaldar a sus hijos por motivos de trabajo, se involucran en el cuidado y la crianza de los nietos, y son transmisores de la historia familiar a través de costumbres, tradiciones y anécdotas familiares o locales. 

Asimismo, subrayó que la vejez, considerada como etapa final del ciclo de vida, constituye un proceso biopsicosocial que se caracteriza principalmente por su heterogeneidad, mismo que en el transcurso de las últimas décadas ha venido alargándose como efecto del incremento en la esperanza de vida, pues esta pasó de 59 años en 1960 a 75 en el año 2000, siendo mayor en las mujeres, quienes sobreviven más cantidad de años en promedio. 

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